Victoria y balón de oxigeno para el Autoescuela R. Guerrero Bm. Bailén frente al Bm.Málaga Norte en un partido emocionante y entretenido. Los bailenenses derrotaron por 34 a 33 a los malagueños en un partido donde los de Jesús Martínez dominaron en el marcador en buena parte del partido.

Más metido estuvo el conjunto local de inicio, que desbordaba bien, con una primera línea que fue especialmente incisiva en este encuentro y en el ecuador de la primera parte llegaba a alcanzar una máxima diferencia de seis goles. Pero despertaron los malagueños para que el partido no se les fuera tan prematuramente y al descanso minimizaban los daños llegándose al intermedio con 16 – 15.

Los malagueños seguirían aprovechando al inicio de la segunda parte la relajación de los bailenesnes, que parecían caer con demasiada repetición en la pesadilla de la desconcentración y la espesura en ataque, lo que daba lugar a entregar sucesivos contraataques. De hecho, como si hubiera sido un calco de la primera mitad, en el ecuador del segundo período llegaba la máxima diferencia pero esta vez para los visitantes con el 23 – 27. Llegado a este momento, el técnico bailenense tomaría cartas al asunto pidiendo un tiempo muerto en el que trató de alentar a los suyos.

El revulsivo de la charla surtiría efecto, pues llegaron los mejores minutos de los bailenenses, muy enchufados en el ataque y permitiendo pocos lanzamientos francos en su defensa. En apenas ocho minutos le dieron la vuelta al marcador y siguieron alimentando la racha para poner distancia casi definitiva con el rival a tres minutos del final, en el 33 – 30.

Titubeó un poco con esa diferencia el conjunto local pues cedería dos goles consecutivos, 33 – 32, y luego intercambio de goles con el 34 – 33. Con posesión para el Autoesc. R.Guerrero Bm. Bailén y un minuto de tiempo para que sonara la bocina, nueva precipitación en el ataque, que acabó en el último cartucho de los malagueños que fallarían el lanzamiento que se estrelló en el poste y que les hubiera dado el empate. Finalmente los locales murieron con la pelota en las manos y ya no se movió el marcador.