El pregón de la Semana Santa de este 2014 se torna especial por diversos motivos. El primero de ellos, el número: será la trigésima ocasión en la que una persona de Bailén se dirija a la ciudadanía para pregonar la llegada de la Semana de Pasión y Gloria. El segundo motivo es que se trata de una mujer, será la quinta vez que una fémina dé la bienvenida a la semana grande de la cristiandad local en treinta años de historia de esta tradición ya arraigada.

Patricia Soriano Bautista subirá esta noche al escenario del salón de actos de la Casa de la Cultura para expresar ante todos su sentir cofrade, sus recuerdos, sus memorias y sus anhelos con respecto a la Semana Santa de Bailén. Será a partir de las 20:30 horas, tras el concierto de marchas procesionales de la Asociación Unión Musical Bailénense, pero primero ha querido compartir con Bailén Diario y sus lectores una entrevista en la que podrán conocer un poco mejor lo que siente a pocas horas de dar el pregón y su agradecimiento por haber sido elegida para este fin.

¿Qué sintió cuando supo que iba a ser la próxima pregonera de la Semana Santa?
Primero una gran sorpresa, después ya ves que es un honor y te entra una gran responsabilidad. Desde hace unos años vivo en Córdoba, aunque presumo de ser bailenense, y la verdad es que nunca aspiré a ello. Ahora lo veo como un gran reto, y espero responder con dignidad a esta responsabilidad. Y además un orgullo por ser pregonera, pues el mio es el XXX Pregon, y solo   han sido 5   las mujeres que me han precedido en esta labor.

¿Cómo se lo comunicaron?
Yo me enteré a través de una “filtración”, y no daba crédito a lo que me estaban diciendo. Ya se le dio carácter oficial al tiempo, a través de una invitación, en el mes de octubre, y yo no pude negarme, aunque en un principio sí que se me pasó por la cabeza porque tengo escasa experiencia con la escritura. Pero acepté, porque se trata de hablar de nuestra Semana Santa, muy querida por mí.

¿Cuánto tiempo ha invertido en preparar el pregón?
En ese momento comencé pero lo he tenido que sacar adelante a ratos, porque mi trabajo y los viajes me quitan mucho tiempo. Así que en principio no podría cuantificarlo, es difícil.

¿Cómo fueron sus inicios cofrades en Bailén?
Yo nací en la Calle Real, lo que implica que vives intensamente la Semana Santa al encontrarse en el centro de la ciudad, por donde pasan todas las procesiones, bandas… hay movimiento continuo durante todo el día, y además por la cercanía de la Iglesia de la Encarnación y de las ermitas del Cristo y de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Además, mi padre es cofrade de la “Mulica”, por lo que esta cofradía es como de la familia, y siempre sus colores blanco y rojo han estado presentes en mi casa. De pequeña he asistido a las estaciones de penitencia de esta cofradía como penitente, y también he acompañado muchos años vestida de mantilla.

¿Con qué momento de la Semana Santa bailenense se queda?
Es una pregunta complicada, pues son muchos los momentos que merecería la pena destacar. Pero si hay que escoger, me quedo con la salida de la Mulica durante la mañana del Domingo de Ramos. Pero para mí tiene también un especial significado el Saludo de esta tarde, aunque es previo a la Semana Santa, asi como la salida del Cristo de la Soledad desde su ermita.

¿Qué cree que necesita la Semana Santa bailenense?
Yo creo que ahora la Semana Santa tiene una cosa muy buena, y es la unión entre las cofradías de Bailén, porque eso se traduce en mayor lucimiento de nuestra Semana Santa.
Lo que sí creo es que las Iglesias y las ermitas deberían permanecer más tiempo abiertas, tanto antes como durante esos días de pasión, porque al pueblo le gusta visitarlas, y ver lucir a las imágenes ya fuera de sus palcos, preparadas para salir.

¿Qué nos puede adelantar de su pregón de esta noche?
Yo lo definiría como una crónica de muchas semanas santas vividas desde un balcón, en la que he reflejado   sentimientos, emociones y diálogos con las imágenes. Es mi visión de la Semana Santa de Bailén, con una mirada hacia el pasado, hacia otras épocas, y hacia la ciudad donde vivo. Yo digo siempre que tengo mucha suerte porque puedo volver a Bailén a menudo. Los que viven en Bailén no pueden volver. Estamos cerca, pero es bonito volver, es una sensación muy intensa: la de reencontrarse, de estar en los sitios donde has sido feliz. Y mi casa de Córdoba, como no podía ser de otra manera, está presidida por la Virgen de Zocueca, que tampoco podía faltar en el pregón de esta noche.