El Belén Viviente del colegio Sagrado Corazón se está convirtiendo en una tradición anual cada vez que la ciudad se acerca a los días festivos navideños. Prueba de ello son las calles aledañas al templo de La Encarnación que, este miércoles y jueves, se han visto colmadas de personas (particulares y colectivos) que iban y venían para visitar esta catequesis viva, dando además un ambiente de gentío y bullicio que tanto añora Bailén.

Los alumnos del Sagrado Corazón han recreado, un año más, este Belén Viviente a través de escenas bíblicas como la Anunciación, la Adoración de los Reyes y el Nacimiento. Todo sin olvidar escenas y escenarios propios de la época como la panadería, lavandería, un huerto, un corral con animales o una herrería, sin olvidar al recaudador o a Herodes con su séquito de romanos y fieles. Es un ejercicio evangelizador en el que los niños son ayudados y arropados por el propio claustro de profesores del centro, las Hermanas de la Caridad y los padres y madres que, del mismo modo, participan en el evento. La ciudad responde con cariño y admiración, y es que a este Belén Viviente no le falta un detalle.

Además, como ya ocurriera el pasado año, el apoyo de los sacerdotes bailenenses se hace patente en la organización de visitas de los niños que reciben catequesis en las tres parroquias de Bailén que, junto a sus catequistas y padres, han visitado en turnos el Belén Viviente del colegio Sagrado Corazón, dejando las aulas y conociendo de primera mano, de modo práctico y ejemplarizante, el nacimiento de Jesús.